viernes, 9 de octubre de 2009

"Filioque."




“Pero cuando venga el Defensor, el Espíritu de la Verdad que yo voy a enviar de parte del Padre, él será mi testigo.” Jn 15,26

Hermanos y hermanas en Cristo:

¡Paz en Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!

El día de hoy, un sacerdote de la iglesia católica romana me preguntaba, ¿por qué la Iglesia Católica Tradicionalista en México no cree que el Espíritu Santo procede del Hijo, sino solamente del Padre?

Esta pregunta me pareció sumamente importante, ya que este es un punto muy singular.

I.- La Iglesia Católica Tradicionalista no cree en la doble procedencia porque nuestro Señor Jesucristo nos enseño que el Espíritu Santo solamente Procede del Padre (Jn 15,26).

II.- Los santos Padres enseñaron que el Espíritu Santo Procede del Padre: Dídimo el ciego, San Atanasio, San Juan Crisóstomo, San Efrén, Teodoro de Mopsuestia, Teodoreto, san Gregorio de Niza, san Basilio Magno y sobre todo, san Focio.

III.- Porque en el Credo Original así fue definido. Decir lo contrario es herejía.

Un poco de historia.

El Credo Niceno fue redactado en dos Concilios Ecuménicos:
I.- I Nicea 325.
II.- I Constantinopla 381.

En estos dos Concilios la Iglesia indivisa definió Solemnemente que:
“El espíritu Santo Procede del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria y que hablo por los profetas.”

La Iglesia de Occidente añadió la formula filioque (=y del Hijo) a la cláusula del Credo Niceno constantinopolitano anteriormente mencionada. Primero fue introducida en el Tercer Concilio de Toledo (589).
Y sin embargo, el Papa León III (795-816) tratando de hacer la voluntad de Dios y de conservar la Fe verdadera se negó autorizar el uso de la cláusula.
San Focio demostró con suficientes argumentos que este añadido era contrario a la enseñanza de los santos Padres y de la Sagrada Escritura (866).
Pero en el año de 1017 el Papa Benedicto VIII aprobó esta deformación y herejía teológica.

Teológicamente no puede ser sostenida esta doctrina porque:

I.- Sitúa al Padre y al Hijo en un plano de total igualdad frente al Espíritu Santo, rompiendo así la exclusiva Primacía del Padre como principio sin principio de la Trina Deidad.

II.- Desemboca en un origen no personal del Espíritu Santo, pues parece surgir entonces de un principio no personal, de Dios, sino esencial, es decir, de lo que el padre y el Hijo tienen en Común = la Consustancialidad.

III.- Supondría el sometimiento del Espíritu Santo al Verbo y, en consecuencia, el sometimiento del Espíritu al poder de una determinada jerarquía eclesial (al papa como “Vicario de Cristo”).

Es por esto, y por muchas otras razones que la Iglesia Católica Tradicionalista en México no acéptale añadido del Filioque (= Filioque).

¡¡¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!!!

Vladika +Victor Hugo García Cortés
Arzobispo Primado de la Iglesia
Católica Tradicionalista en México.