miércoles, 7 de octubre de 2009

La cruz de Cristo: Signo y simbolo de salvación.


“En el monte te transfiguraste, Cristo Dios, y tus discípulos contemplaron tu gloria, en cuanto podían comprenderla. Así, cuando te viesen crucificado, entenderían que padecías libremente y anunciarían al mundo que tu eres en verdad el Resplandor del Padre.”
(Liturgia Bizantina, Himno Breve dela festividad de la Transfiguración.)

“Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente y dijo:
-Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de si mismo, cargue con su cruz y sígame.” Mc 8,34

Hermanos y hermanas en Cristo:

¡Paz en Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!

La vida de los cristianos no siempre es fácil. Es más, pocas veces lo es. ¿Significa que es puro dolor y sufrimiento? NO. Pero a lo largo de la vida de los hijos dela Iglesia tenemos que pasar por estas situaciones.

Ya que esta es la oportunidad que tenemos de hacer la voluntad del Eterno Padre. La cruz es el signo y el símbolo del amor Redentor de nuestro Señor Jesucristo.

San Juan Crisóstomo nos dice: cuando los demonios ven que alguien hace el signo de la cruz con fe, amor y detenidamente, recuerdan con que espada fueron heridos (la espada es la cruz)... pero cuando ven que algunas personas solo hacen un manoteo frenético, deforma descuidada, se ríen de esta ofensa al signo redentor de la cruz.

Con la Cruz se llevo a cabo la obra Redentora de Cristo, con la cruz senos recibe en la Iglesia, con la cruz se adorna la cabeza de reyes, con el signo de la cruz se nos perdonan los pecados, en la Iglesia, el signo dela cruz nos acompaña de la cuna a la tumba. Porque nos recuerda a que tan alto precio fuimos comprados, fuimos salvados.

Grandes santos han hallado en el signo, en la imagen o en el misterio de la cruz fuerzas para ser mártires, misioneros, confesores, monjes, buenos padres de familia, buenos ciudadanos, fieles discípulos de Cristo.
Todo buen hogar cristiano debería tener en un lugar muy especial, en un lugar central un crucifijo, donde las familias pudieran reunirse en oración y en adoración, como una prolongación del encuentro con el Señor Jesús que se vive todos los domingos en la Iglesia, a través del Sagrado Misterio de su Cuerpo y su Sangre.

¡Por tu cruz y Resurrección nos has salvado Señor!

¡¡¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!!!

Monseñor ++Victor Hugo García Cortés
Arzobispo Primado de la Iglesia
Católica Tradicionalista en México.